Actores: Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella, Pablo Rago, Javier Godino.
Crítica: Es una gran película, un muy interesante thriller romántico cargado de grandes escenas.
Benjamín Esposito (Ricardo Darín) es un policía retirado quien en su tiempo de jubilación comienza a realizar una novela sobre un caso de homicidio sucedido 25 años atrás y que seguía inconcluso para él. Para ayudarle a escribirlo recurre a su vieja colega Irene Menéndez Hastings (Soledad Villamil), de quien antes él estaba enamorado. Al hablar con ella se da cuenta que lo que dejo 25 años atrás seguía vigente y tiene que lograr terminar aquello que dejó pendiente.
Juan José Campanella crea una obra maestra por medio de un estilo visual de lo más decente que nos recuerda al cine de antaño, usando de gran manera un género como el thriller a través de una historia no lineal y adicionándole el aspecto romántico para remitirnos a directores como Hitchock o Sergio Leone en Érase una Vez en América por medio de un guión escrito por él y Eduardo Sacheri, autor de la novela “La pregunta de sus ojos” de la que se basa la película. Campanella crea grandes escenas (la del campo de futbol es una escena magnifica), supo dirigir a sus actores e hizo un buen equilibrio técnico y narrativo. Quizá en algunas ocasiones algunas situaciones pudieron cortarse pero en lo general es un gran trabajo.
Las actuaciones de Darín, Villamil y Francella son estupendas y ninguna opaca a otra, con personajes con diversos matices que hacen una simbiosis muy buena. Las demás actuaciones como las de Pablo Rago y Javier Godino también son buenas pero se les pudo haber exigido un poco más.
La música de Federico Jusid y Emilio Kauderer es asombrosa, con piezas instrumentales nos remiten a las épocas, al romance y al suspenso manejados en la historia.
La dirección de fotografía de Félix Monti también es excelente, hace un gran uso de la cámara utilizandola adecuadamente para la escena. Como dije antes la escena del partido de futbol es una lección de cine pues esta estupendamente bien realizada desde la toma en el aire hasta el suelo donde se encuentra la cara de Isidoro Gómez (Javier Godino).
En los demás aspectos técnicos también se encuentra muy bien la cinta como el diseño de producción de Marcelo Pont Vergés para transportarnos a distintas épocas y el maquillaje de Fernanda Cacivio y Lucila Robirosa para transformar a los personajes a través de los años es también excelente.
Esta cinta nos recuerda que Campanella es y seguirá siendo el mejor director de Argentina.
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