martes, 12 de enero de 2010

M: El Vampiro de Dusseldorf: Marcando al crimen.


Película: M: El vampiro de Düsseldorf (M, Alemania, 1931)

Director: Fritz Lang
Actores: Peter Lorre, Otto Wernicke, Gustaf Gründgens, Theodor Loos, Ellen Widmann, Inge Landgut.

Crítica: Es una gran e interesante cinta. Un excelente film noir expresionista.
En Düsseldorf, suceden una serie de desapariciones de niños, sabiendo que los infantes están muertos, el pueblo vive con miedo que personas extrañas hablen a sus hijos, e incluso se ofrece una recompensa por su cabeza. Sin embargo, el asesino (Peter Lorre) sigue haciendo crímenes mientras la ciudad vive el temor y la anarquía a causa de las extrañas desapariciones.
Fritz Lang y Thea von Harbou crean una inteligente y convincente historia basada en los casos reales del asesino de niños de Düsseldorf Peter Kürten, quien se dice que bebía la sangre de sus jóvenes víctimas (de ahí el termino de vampiro), la historia además, como siempre y como característica esencial de un gran director maneja una muy buena representación a la sociedad contemporánea al el filme tratando temas polémicos y algo tabúes en la época como sexualidad, pedofilia, mucha violencia y una crítica al gobierno. Lang, en su primer película sonora logra dirigir una historia que mantiene bien el suspenso y la atención en la cinta a pesar de cojear en ratos en el ritmo, y el silbidito previo a los asesinatos en la cinta es magnifico complementando a la locura de Hans Beckert, nombre del asesino en la película.



Las actuaciones son más que satisfactorias, destacando al camaleónico Peter Lorre quien como siempre maneja una gran actuación, no por nada es uno de los mejores actores de la historia del cine. También es de destacar la actuación de Otto Wernicke y Gustaf Gründgens y la buena dirección para el gran número de extras empleados en la cinta.

La fotografía de Fritz Arno Wagner, quien antes había colaborado con Lang logra mezclar los estilos fotográficos del film noir y del expresionismo, utilizando muy bien las sombras y los objetos para contar la historia.
La cinta no cuenta con música, algo que no ayudó demasiado, pues tornan un poco planas las situaciones en ocasiones. Aunque el sonido es usado muy bien en la cinta sobre todo aquellos silbiditos del vampiro de Düsseldorf (que en realidad los silbaba Lang y no Peter Lorre, pues al último le costaba trabajo) provocan una gran tensión en la escena.
Es una gran cinta clave para el suspenso actual y las cintas de criminales.


Calificación:


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