miércoles, 25 de abril de 2012

Drive: Sangre y adrenalina artística.

Película: Drive: El Escape (Drive, EUA, 2011)
Director: Nicolas Winding Refn.
Reparto: Ryan Gosling, Carey Mulligan, Bryan Cranston, Albert Brooks, Oscar Isaac, Ron Perlman, Christina Hendricks.



-CRÍTICA CONTIENE SPOILERS-

Crítica: Este filme es cine de culto inmediato, un tratamiento del lenguaje cinematográfico estupendo.
La cinta nos narra la historia de un misterioso hombre (Ryan Gosling) que aprovecha sus impresionantes dotes de conductor como actor de escenas de riesgo,  mecánico y para cometer acciones ilegales. En esta ocasión, el conductor utilizará ello y más para ayudar a un vecino (Oscar Isaac) a saldar una deuda, aunque en realidad sea para acercarse más a su mujer (Carey Mulligan), de la que queda enamorado instantáneamente. Lo que no sabe el conductor es que se está metiendo a un terreno del que será muy difícil salir. 
Con un guión escrito de Hossein Amini basado en la novela de James Sallis, el director danés Nicolas Winding Refn logra realizar una película casi perfecta, salvo algunas fallas de ritmo en algunas escenas, pero compensado con un impresionante uso de todos los recursos fílmicos tanto técnicos como narrativos para lograr que el espectador sienta que esta viendo algo poco visto y llegando a niveles de maestría a través de una gran variedad de escenas que quedarán para la memoria cinematográfica y que hace de este filme uno de estudio y alabanza. Narrativamente y en ciertos aspectos técnicos se nota la influencia de la filmografía de Scorsese (sobre todo de la película de Taxi Driver), Coppola, Lynch, Tarantino y Jodorowsky (fuente de inspiración para esta película), con escenas con una violencia muy bien justificada y coreografiada, con personajes misteriosos, poco expresivos, con problemas existenciales y que explotan de un momento para otro, en un ambiente perturbador y cada vez más insospechado.



Las actuaciones principales no dejan a decepcionar y los personajes que interpretan Gosling, Cranston y Brooks se quedan como indispensables de la carrera de dichos actores. Ryan Gosling, interprentando al misterioso conductor nos reafirma que lo suyo son los papeles de personajes serios, cerrados y con mucha introspectiva, y aquí explota ello en todas sus capacidades haciendo de este personaje uno entrañable pero a la vez asombrósamente temible. Bryan Cranston, más conocido por sus papeles en TV logra quizas su mayor protagonismo en cine como amigo y consejero del personaje de Gosling, un papel muy bien llevado donde se confirma lo camaleónico que puede ser este actor subvalorado en el séptimo arte. Quien se aleja del tipo de personaje común que interpreta es Brooks, quien normalmente realiza papeles cómicos pero que en esta ocasión nos regala un villano temible y que todo el mundo odiara. Creo que los personajes de Mulligan y de Ron Perlman se pudieron haber explotado un poco más.


La fotografía de Newton Thomas Sigel (Uno de los brazos derechos de Bryan Singer), toma muy bien los colores cálidos del ocaso californiano y los distribuye a lo largo de la película para poder instalarnos en un contexto de misterio, crimen y suciedad y que se contrasta por la belleza de las tomas en cámara lenta y la exactitud de varias tomas de acción que se lucen perfectamente por una gran sincronizada edición de Matthew Newman que logra hacer un ritmo adrenalínico para varias escenas. En el aspecto visual podríamos destacar al departamento de maquillaje y de efectos visuales por tan realista sangre y a los encargados de vestuario por tan genial chaqueta blanca con escorpión en la espalda que le pusieron a Gosling que quedará como una prenda para la memoria del cinéfilo.

La música de Cliff Martínez logra introducirnos en un mundo donde cada tonada parece una sinfonía de manecillas, una carrera contra el tiempo sonora en un contexto de maldad y crimen, un soundtrack muy minimalista y emocionante. La música no original que se usó se complementa bastante al tono de la película y aligera y focaliza las escenas románticas, con temas como "Nightcall" de Kavinsky & Lovefoxxx, "Oh my Love" de Riz Ortolani o "Tick of the Clock" de The Chromatics. Sin el excelente uso que se le dio a la música en esta cinta todo el resultado se pudo haber ido al fiasco.

Estamos ante una de las obras maestras más importantes de los últimos años en cuanto a lenguaje y recursos técnicos se refiere. No por nada ganó el premio a Mejor Director en la pasada edición del Festival de Cannes.

Calificación:


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