sábado, 9 de febrero de 2013

Argo: Cine simple pero palpitante.

Película: Argo (EUA, 2012)
Director: Ben Affleck.
Reparto: Ben Affleck, Bryan Cranston, Alan Arkin, John Goodman, Kyle Chandler, Victor Garber, Michael Cassidy, Clea DuVall, Rory Cochrane.


Ben Affleck nos ha demostrado que es mucho mejor director que actor. Con Argo, Affleck llega a su obra cumbre.


En 1979, tras el exilio del Sah de Irán, Mohammad Reza Pahlevi por la Revolución Iraní, Ruhollah Jomeini fue nombrado por el pueblo irani como Líder Supremo. Al alojar Estados Unidos al Sah, Irán mostró una ira profunda hacia el país que recibió con los brazos abiertos al dictador que los había dejado en la ruina. En un movimiento de masas, cientos de iranies se apostaron afuera de la embajada de Estados Unidos hasta que unos cuantos explotaron y derribaron las cercas entrando a la embajada y manteniendo como rehenes a los que ahí se encontraban. Seis de los que se encontraban lograron escapar y esconderse en la casa del embajador canadiense. La CIA, a través del agente Tony Mendez (Ben Affleck) ideará un plan para rescatar a los seis prófugos: fingir la realización de una película canadiense en Irán e incluir a los seis como parte del equipo de producción, una tarea difícil de creer y realizar.

Con un guión de Chris Terrio basado en el libro que escribió en la vida real el protagonista Tony Mendez, titulado "The Master of Disguise" y el artículo periodístico "Escape from Tehran" de Joshuah Bearman, Ben Affleck nos entrega una cinta honesta, en la que no se busca causar ningún juicio político acerca de qué país era el bueno y cuál el malo (patentado desde el prólogo de la cinta), sino llevar a la pantalla grande una historia tan particular como ésta que funciona de gran manera como vehículo de una sobria adrenalina, aunque claro, dejando a la reflexión sobre la tensión política que se vive en nuestros días; y retratar y honrar a un Hollywood muy peculiar, dividido entre las viejas y nuevas tendencias tras el inicio de los blockbusters y la obsesión de la industria por la ciencia ficción que parece estar renaciendo en estos años; todo esto dirigido de una manera prácticamente impecable. Ben Affleck se desliga de toda la mala fama por sus actuaciones no tan agraciadas a principios de la década pasada y con ésta película demuestra que es una de las más grandes promesas de la dirección en Estados Unidos. El estilo de cinta policiaca dramática que había trabajado en sus cintas anteriores Desapareció una Noche y Atracción Peligrosa, lo maximiza con una historia simple pero atractiva, inteligente y en ratos divertida; excelente ambientación de la época, un ritmo muy bien trazado que permite el cauce de emoción en la cinta, varias escenas memorables, sin que sus personajes caigan en clichés o utilice excesos para aumentar el impacto por la cinta, un buen cine que nos remite a cintas como las de Sidney Lumet o algunas del film noir de los 40's y 50's.


En el ámbito histriónico en general se cumplió la labor de representar con fidelidad a cada personaje haciendo que el trabajo en conjunto de los actores sea un trabajo singular más que si uno destaca más de otros, aunque no podemos decir que el trabajo de unos sea más memorable que otros como Alan Arkin que el estilo de personaje que lo ha caracterizado los últimos años, como un viejito cool pero algo grocero, lo adaptó perfecto a un carismático productor que de hecho es el único personaje que se encuentra en la película y que no existió en la vida real. Al igual están John Goodman que ya les gustó contratarlo para papeles de realizador de cine (En El Artista era un productor, en Argo al maquillista de El Planeta de los Simios), Bryan Cranston que a pesar que su personaje es algo insípido él logra dotarle de el carisma que tanto en TV como Cine le hemos podido ver, y Ben Affleck que logra transmitir la responsabilidad que tiene su papel al espectador, como si fuéramos su compañero en esta odisea.


En el aspecto visual la labor también fue más que acertada. La fotografía del mexicano Rodrigo Prieto, con colores fríos y sobrios con poco contraste, en su mayoría en cámara en mano dota de ese toque efectivo del género y de atestiguamiento de los hechos, con planos más cerrados en interiores para sentir ciertos entornos claustrofóbicos o íntimos, más abiertos para las tomas en exteriores para mostrar todo el contexto como campo de batalla, y un muy buen uso sin exceso de tomas aéreas. El diseño de producción de Sharon Seymour, decoración de set de Jan Pascale, vestuario de Jacqueline West así como ciertos efectos visuales fotográficos hacen más que efectiva la ambientación de la cinta a finales de los años 70's tanto en Estados Unidos como Irán pasando por Budapest, y qué decir de la dirección artística de Peter Borck, Deniz Göktürk y todo su equipo que nos regalaron las bellas imágenes del prólogo, los bocetos de la película falsa Argo que son estupendos y varios props. La edición de William Goldenberg que acostumbra editar thrillers y cintas de acción fue una excelente decisión para que el ritmo lograra ese efecto adrenalínico que logra tener la cinta

La música de Alexandre Desplat no es precisamente novedosa, muchas veces antes se ha combinado la música árabe con la tonada y ritmo de thrillers modernos para introducirnos en el contexto y a la vez generar apoyo al equilibrio vertiginoso de la cinta, en esta ocasión no es la excepción el trabajo de Desplat y podría decirse que es de los mejores trabajos de este tipo con cierta dotación mística que le aporta el compositor.

Así es como la carrera como director se consagra y los fantasmas que atormentaban la calidad de su carrera se han desvanecido cambiando su rol. Argo es una película muy disfrutable, honesta y sin pretensiones que sin querer serlo llega a lo magistral. Lo único que puedo decir es Argo fuck yourself!

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