Director: Lee Daniels
ctores: Gabourey Sidibe, Mo'Nique, Paula Patton, Mariah Carey, Lenny Kravitz.
Crítica: Es una cinta increíblemente dura, realista que nos muestra un mundo de marginación universal.
En Harlem en 1987, Clarice Precious Jones es una joven de 16 años que a pesar de contar con una muy pobre educación y poseer un excesivo sobrepeso, como todas sueña en ser una estrella. Al ser expulsada de la escuela (en la que realmente no aprende mucho) por estar por segunda ocasión embarazada, producto de las violaciones de su padre, tiene que buscar la forma de eliminar su analfabetismo y a su vez cargar con sus hijos en un contexto en el que su egoísta madre no se preocupa y abusa físicamente de ella.
La historia quizá parezca un poco difícil de creer pero por cegarse de la triste verdad que padecen muchas personas y que muchas veces sus voces son silenciadas. En un guión de Geoffrey Fletcher basado en la novela Push de Sapphire (una de las novelas más admiradas por el público afroamericano), Lee Daniels logra transmitir todos los sentimientos de la protagonista (soledad, violencia física, sexual y emocional y más problemas) creando un sentimiento profundo de repulsión hacia la deplorable vida de Precious y un odio hacia los padres por parte del público, con escenas muy bien hechas y llenas de carga emocional.
Las actuaciones no están nada mal, logran transmitir todos los sentimientos. Destaca Mo’Nique en un papel brutal (se merece el oscar) y que dan ganas de hacerle algo a su personaje (la madre de Precious), Gabourey Sidibe en su primera actuación en cine (de un casting de 400 adolescentes que debían estar obesas, un signo de soledad en su rostro y mucho talento resulto ella) tiene la posibilidad de consagrarse como una gran promesa, ya que ya firmó para tres filmes más. El demás casting está muy bien, sobre todo por el efectivo hecho que se cambiaron todos los roles que nos tienen acostumbrados el reparto (Mo’Nique normalmente hace comedia, es irreconocible Mariah Carey interpretando a una mujer muy fea, o qué dicen de ver a Lenny Kravitz de enfermero).
La música de Mario Grigorov con canciones con ritmos afroamericanos logran que lleguemos a el contexto social en el que vive Precious además de ser un interesante soundtrack.
La fotografía de Andrew Dunn es efectiva para crear el ambiente sombrio en el que habita la protagonista usando ángulos, luces y movimientos de cámara adecuados.
Los demás aspectos técnicos están bien para que resultara efectiva la realización de la cinta, destacando el montaje de Joe Klotz.
En conclusión es una cinta triste, no muy innovadora en el género dramático pero que puede despertar un cierto sentimiento y acción para las situaciones mostradas en la cinta. Deben verla. Una de las mejores cintas del año pasado.
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