sábado, 18 de septiembre de 2010

El Infierno: Neorrealismo mexicano.

Película: El Infierno (México, 2010)
Director: Luis Estrada.
Actores: Damián Alcázar, Joaquín Cosio, Ernesto Gómez Cruz, Elizabeth Cervantes, Jorge Zárate, Daniel Giménez Cacho, Maria Rojo.

Crítica: Es un milagro que un proyecto de este calibre pueda ser llevado, como pocas veces actualmente es magníficamente expresada libremente la realidad en un filme mexicano. Tras 20 años de vivir en Estados Unidos, el Benny (Damián Alcazar) es deportado a México, para ser más exactos a su pueblo natal, San Miguel Arcangel. Ahi se da cuenta que el país esta en lo peor: crisis, desempleo, violencia, corrupción y la única solución para ganar dinero en su pueblo es unirse al mundo del narcotráfico, además de enterarse que su hermano se dedicó a ello y murió con más de 60 balazos años atrás. Para ayudar a su viuda prostituta cuñada (Elizabeth Cervantes) y a su parrandero sobrino (Kristian Ferrer) decide unirse a la banda del Cochiloco (Joaquín Cosío), que trabaja para Don José Reyes (Ernesto Gómez Cruz), pero una vez que entró en el mundo del narcotráfico, ya no podrá salir jamás.
Luis Estrada, creador de La Ley de Herodes y Un Mundo Maravilloso, termina la trilogía de crítica socio-política que inició con las anteriores mencionadas, y en esta ocasión, escrita por él y Jaime Sapietro supera a la primera realizando una gran obra que muy pocos creímos haber visto en México, de un estilo que llega a recordar a grandes maestros como Scorsese, Coppola, los Coen y Tarantino en sus filmes de gangsters, pero plantándose totalmente en la situación que vivimos y sufrimos actualmente los mexicanos, una lucha disfrazada entre el gobierno y el narcotráfico a través de una historia muy interesante, cargada de humor negro y violencia, que hará soltar al espectador muchísimas carcajadas y además de dejar una gran reflexión y crítica a este asunto que parece no tener fin y que en una fecha tan importante como es este año por el bicentenario del inicio de la independencia pensemos si es en realidad una fecha para celebrar, si estamos realmente libres o presos del juego del gobierno y el crimen organizado. Técnicamente la película logra entretener durante dos horas y media de gran manera e igualmente de gran manera esta realizada esta película. Como dije anteriormente, es un milagro esta cinta por lograr plasmar todos los virus que acosan al país (la inmigración a Estados Unidos, el narcotráfico, la pobreza y sobre todo, la ignorancia) y que pudo realizarse con pocas travas este filme del que podríamos decir que es neorrealista por el realismo y crítica impresos en el film.


El reparto realiza un trabajo fascinante, pues todos logran darle credibilidad a sus personajes, fieles retratos de lo que interpretan (con su correspondiente exageración claro está) y que con gran efectividad logran transmitir ese humor negro al espectador. A quienes destacarían son a Alcazar que siempre se luce en su camaleonismo; Cosío, que es actualmente uno de los mejores actores de reparto de la época y que con su personaje del Cochiloco es la base de la violencia y las risas en la cinta; Gómez Cruz logra hacer de su personaje de Don José al Don Vito Corleone mexicano; y Giménez Cacho, que aunque hace un papel corto, siempre luce sus irónicos dotes histriónicos.


La fotografía de Damian García, con los colores amarillentos oscuros que aplica logra internarnos en el tristemente lado infernal de México, y tiene una excelente colocación de la cámara para cada efecto que se quería lograr en la cinta.
La música de Michael Brook, con muy buenos temas gruperos nos internan al ambiente norteño y aunque muchos me criticarán esto, la música común de los narcos (claro que no todos la escuchamos por el narco pero sabemos que es lo clásico que se escucha en ese ambiente). Ésta es la película que necesitamos ver los mexicanos, y por qué no, el mundo entero.
Una obra maestra del cine criminal en México y de lo que he visto, la mejor del año en el país.

Calificación:

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