Película: El Árbol de la Vida (The Tree of Life, EUA, 2011)
Director: Terrence Malick.
Actores: Brad Pitt, Jessica Chastain, Hunter McCraken, Sean Penn, Tye Sheridan, Fiona Shaw.
Escucha la música mientras lees la crítica.
-CRÍTICA CONTIENE SPOILERS-
Crítica: No soy un experto en la materia de Terrence Malick, pero eso no significa que no haya quedado anonadado ante el trabajo tan maravilloso que significó El Árbol de la Vida.
La cinta nos sirve como reflexión de qué es lo que somos, a dónde queremos llegar, cuál es la forma de vivir, qué hay más allá de la vida, cómo se originó y cómo acabará nuestro universo, cómo somos un universo de células y a la vez una célula del universo; ésto a través de imágenes del espacio, la creación de la vida en la tierra y dentro de ella la belleza y gracia de la naturaleza, y mostrando la gracia y la naturaleza del hombre en la historia de Jack (Sean Penn, Hunter McCraken), un hombre vacío y solo en el mundo de los rascacielos y la modernidad marcado por el pasado en el que su existencia estaba basada en la lucha de ideas que le dejaban su madre (Jessica Chastain) y su padre (Brad Pitt); y la muerte de uno de sus hermanos. La siembra de un árbol en la gran ciudad hará que Jack se renueve sus preguntas del ser.
Terrence Malick dirige y escribe esta cinta que nos inunda de filosofía el cerebro, la pupila y el corazón en este filme que sin tener un estilo narrativo exacto deja al espectador en shock por la belleza de las imágenes y lo positivo de la filosofía en la que se expresa que hay que vivir en la gracia, haciendo lo mejor cada día, vivir la vida a cada instante, amar, superar lo trágico, perdonar; en fin, una ideología muy espiritual que no sólo es cristiana sino de cualquier religión y es ahí donde reside el valor filosófico y narrativo de la cinta. Esto se convierte en un éxtasis visual al ver todo el conjunto de imágenes que se nos muestra de la naturaleza, el universo y los edificios, que le dan un valor a dichos objetos inertes, le dan vida. Quizá el único error de la cinta es que Malick deja algunos cabos sueltos en la historia y en ratos se pierde un poco el hilo, pero es mínimo el fallo.
La dirección de actores de los personajes principales, salvo la actuación de Sean Penn (que creo que pudo haber dado más), es estupenda: Jessica Chastain, quien aún es una novata en el negocio desarrolla brillantemente su papel con una naturalidad y ternura impecables, una mujer inocente, amable y cariñosa, el lado de la gracia que retrata Malick, en contra a Brad Pitt, igualmente natural pero que logra infundir sentimientos encontrados hacia su personaje pues es un padre autoritario y violento, pero tras él se halla un deseo que sus hijos sean quienes quieren ser en la vida y no fracasen como él. La actuación del joven Hunter McCracken es impresionante para un novato y joven como él que incluso opaca como un eclipse la actuación de Sean Penn, jovencito que por cierto tiene un parecido asombroso con el ganador del Oscar. Igualmente agradable fue ver a Fiona Shaw. Se nota en todos ellos un trabajo agradable, fresco y con una buena dosis de improvisación.
La dirección de fotografía del orgullosamente mexicano Emmanuel Lubezki es definitivamente el mejor trabajo de su inigualable carrera. Trabajando totalmente a cámara en mano, con una majestuosa paleta de colores y el uso de una iluminación natural (no se uso iluminación más que para algunas escenas en interiores), Lubezki logra darle vida a cada fotograma que filma. Sin usar un tipo de toma especifico nos hipnotiza por la belleza visual, un poema de imágenes en el que cada estrofa es un corte del también muy diferente estilo de montaje (la cinta requirió de 5 montadores puesto que en total se filmaron más de 600,000 metros de celuloide, producto de una gran serie de escenas incidentales como la de la mariposa), esto igualmente complementado con los efectos visuales que nos regalan escenas bellísimas como las del universo y los dinosaurios en el origen de la tierra.
La música de Alexandre Desplat es también muy bella, basada principalmente en tonos altos y con instrumentos de cuerda, sin embargo su trabajo resulta menor en comparación con el conjunto de temas clásicos que añade Malick a la cinta como "Funeral March" de Patric Cassidy, "Lacrimosa 2" de Zbigniew Preisner, “The Well-Tempered Clavier” y “Toccata and Fugue in D Minor, BWV 565” de Bach, “Piano Sonata No.16 in C Major K. 545” de Mozart, entre otras.
Tengo que declarar que mis sentimientos hacia la cinta pueden ser tales ya que recientemente sucedió una muerte familiar muy importante para mi persona por lo que el aspecto filosófico me dejó con mucha reflexión de la vida.
Es sin lugar un trabajo excepcional que podríamos comparar con 2001: Odisea en el Espacio de Kubrick, o con Obras de Tarkovsky por lo bello de sus imágenes y lo poética de su narrativa. De lo mejor de este año, una obra maestra, un ejercicio espiritual cinematográfico, una experiencia religiosa.
Tengo que declarar que mis sentimientos hacia la cinta pueden ser tales ya que recientemente sucedió una muerte familiar muy importante para mi persona por lo que el aspecto filosófico me dejó con mucha reflexión de la vida.
Es sin lugar un trabajo excepcional que podríamos comparar con 2001: Odisea en el Espacio de Kubrick, o con Obras de Tarkovsky por lo bello de sus imágenes y lo poética de su narrativa. De lo mejor de este año, una obra maestra, un ejercicio espiritual cinematográfico, una experiencia religiosa.
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