Director: Tom Hooper
Actores: Colin Firth, Geoffrey Rush, Helena Bonham Carter, Michael Gambon, Guy Pearce, Timothy Spall.Crítica: La más reciente ganadora del Oscar es un filme inspirador, bello y con una excelente realización.
Antes de ser el rey Jorge VI de Inglaterra, Alberto Federico Arturo Jorge, mejor conocido como Bertie (Colin Firth) fue el Duque de York. Su padre, el rey Jorge V (Michael Gambon) vió en el radio la oportunidad de dar sus discursos a el reino entero. Cuando Bertie debe realizar esa labor real deberá buscar la forma de curar su tremenda tartamudez intentando de todos modos sin solución, hasta que su esposa Isabel (Helena Bonham Carter) conoce a un terapeuta de este mal muy poco ortodoxo, el australiano y shakespereano Lionel Logue (Geoffrey Rush).
La película, que además ganó el premio a Mejor Película en el Festival de Cine de Toronto es un filme muy motivador en donde el hecho de hablar se coloca como una tarea de vida o muerte no sólo para una persona, sino para todo un territorio, en este caso, un reino y cómo la amistad es capaz de solucionar un problema de esa magnitud, porque lo importante del filme radica en la amistad de dos personas dispares que en conjunto lograron crear la voz que necesitaba el reino en momentos de desesperación como la Segunda Guerra Mundial. Tom Hooper, más conocido anteriormente por sus proyectos en televisión logra una realización prácticamente perfecta en donde el correcto (más no innovador) guión de David Seidler, la estupenda dirección y selección de actores y un manejo increíble de los aspectos técnicos nos remiten a una película clásica y de gran producción en estos tiempos modernos y siendo en realidad una película de bajo presupuesto. Hooper nos logra introducir en los personajes y la necesidad que cada uno de ellos tiene de los demás además de crear escenas que se quedarán a la posteridad (sobre todo los discursos importantes de la obra).
Como bien mencioné antes el reparto hace una labor estupenda pues cada uno de los personajes complementa a los demás y ninguno opaca al otro. El trío principal del filme nos regalan de sus mejores actuaciones: Firth hace tan realista su caracterización de tartamudo que la metamorfosis que sufre el personaje se torna tan real, Rush se pudo quedar atrapado en la exageración por un personaje tan extraño pero logra además de adecuarnos a sus métodos sentir una gran empatia hacia él, Bonham-Carter crea un papel muy conmovedor de una real mano derecha de su amado, que busca que se supere no solo para el exterior sino para su propia seguridad. No hay que descartar a Gambon, Spall o Pearce que lo poco que aparecen lo hacen excelente.
La dirección de fotografía de Danny Cohen en tonos azulados resalta por medio de tomas abiertas y cerradas la seguridad de Bertie, pues a pesar de que sus mensajes van a un gran público él se siente solo y desamparado y por ello algunas tomas pueden resultar algo claustrofóbicas, por otro lado extradiegeticamente al personaje las tomas de paisajes y los planos secuencia son filmados de una manera muy preciosista aumentando junto con el sumamente elegante diseño de producción de Eve Stewart el tono clásico de la obra.
La música de Alexandre Desplat es excelente, dota de mayor elegancia, clasicismo y emotividad por medio de piezas principalmente tocadas con piano que acompañan perfectamente las situaciones por las que pasa Jorge VI. Además fueron muy bien utilizadas las piezas de la Symphony no. 7 in A Major: Allegretto y Piano Concerto No 5, Op. 73 ('Emperor') in E-Flat Major: II. Adagio un Poco Mosso, las dos de Beethoven, la primera para darle mayor intensidad y emoción a las escenas en que se uso y la segunda para hallar el momento de confort llegado en la película.
No fue ni será la mejor del 2010, pero si se le podría ubicar en el top 10 pues es el ascenso de un director a las grandes ligas por una excelente historia de superación y amistad.
Calificación:
1 comentario:
Hay mucho coaching en la película, por eso a uno lo atrapa, las lecciones que se pueden aprender.
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