Crítica: Emilio Fernández nos muestra en esta cinta una visión de los barrios más candentes de la Ciudad de México a través de una historia de contrastes, amor y odio.
Mercedes (Marga López) es una cabaretera que trabaja en el Salón México bailando danzón con los clientes y acompañándolos; todo esto para mantener los estudios de su hermana menor (Silvia Derbez). Ante este sacrificio el policía Lupe (Miguel Inclán) se auto designa como su guardián, pues ella peligra de Paco (Rodolfo Acosta), un hombre que sólo busca meterla en problemas y hacerla suya.
Escrita por Mauricio Magdaleno y Emilio Fernández, el último dirige una película intensa y trágica, algo rebelde por su contenido para la época en la que una prostituta (cabaretera o como quieran llamarle) nos enseña una gran lección que es el sacrificio, a través de su historia se entrelaza una crítica político-social y un fiel relato de la vida nocturna del México de mediados de los 40's donde el danzón era un baile prohibidísimo y maltratado por su asociación con el vicio y la prostitución. Probablemente en el aspecto narrativo le fallan algunas situaciones y diálogos que se tornan poco creíbles en ratos. En aspecto técnico creo que se hace un gran monumento al talento del mexicano, aunque este creo que este se explotó un poco de más en la historia.
Las actuaciones son más que excelentes, creo que el reparto hace un muy buen papel: Marga López se deja maltratar enserio y nos logra atrapar y empatizar en su personaje, todo lo contrario de Rodolfo Acosta, cuyo personaje infunde odio total, y el que en lo particular me sorprendió fue Miguel Inclán sin bigote y en un personaje bueno, y aclara más que es uno de los mejores interpretes de la época de oro del cine mexicano.
La fotografía de Gabriel Figueroa como siempre genial, en esta ocasión se destaca un muy buen trabajo de los espacios de los planos y en las luces y sombras al ser la mayoría de las escenas en horario nocturno.
La música de Antonio Díaz Conde es más que brillante, las piezas tienen el mismo calibre que la de Max Steiner en Lo que el Viento se llevó y ese es el problema, que la historia no necesita de tanta parafernalia musical, siendo un error pero a la vez un excelente trabajo que se hubiese escuchado mejor en títulos más épicos del cine mexicano.
En síntesis es una película importante del Indio aunque peca un poco de exageración, vale la pena verse y recordar los viejos pasos de baile en el cine mexicano.
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